miércoles, 7 de junio de 2017

Museos Embrujados.

Se dice popularmente que los sitios con mucha historia cuentan por lo regular con historias de fantasmas. Ya sea por las circunstancias de actos violentos cometidos en ellos, la historia de sus pobladores o por algún objeto en cuestión; no es raro encontrarse con casas, hoteles, parques o edificios públicos ocupados por espíritus.
¿Entonces qué ocurre con sitios como los museos, que están cargados de objetos con gran importancia histórica provenientes de sitios diversos de todo el mundo? Si un mueble, una posesión personal o la ropa de alguien ya fallecido puede servir de ancla a su espíritu; no resultaría descabellado pensar que la actividad sobrenatural es altísima en sitios donde se guardan restos humanos, momias y esculturas antiguas representando dioses y demonios.
Estas son las historias de algunos de los museos más famosos del mundo, otros menos conocidos y algunos que resultan hasta una sorpresa.

El Museo Smithsonian.
Sala de dinosaurios en el Museo del Smithsonian.
El Museo Smithsonian, famoso por aparecer en películas como "Night at the Museum 2" o videojuegos como "Fallout 3" es una de las instituciones culturales y educativas más respetadas del mundo. Entre los millones de objetos que contiene el museo, pueden incluirse pinturas invaluables, el diamante Hope, el esqueleto de un Tyrannosaurus Rex, genuinas momias egipcias, cueros cabelludos obtenidos por guerreros nativos, el bombillo creado por Thomas Edison y la brújula de los exploradores Lewis y Clarke.
En los diversos museos que forman la institución, se cuentan leyendas producto de sus casi doscientos años de existencia; casi todas relacionadas con los contenidos de las exhibiciones y personal tan dedicado a su trabajo que, no dejó de hacerlo aún después de haber abandonado este mundo.

En el año 1900, el Washington Post escribió un artículo de nombre "Sombras de Científicos que Caminan por la Noche", detallando que, el museo Nacional de Estados Unidos; ubicado en lo que hoy es el Edificio de Arte e Industria, contaba con una serie de relatos de encuentros entre celadores y guardias de seguridad con espíritus de antiguos científicos que laboraron en el museo durante sus primeros días; entre ellos, Spencer Fullerton Baird, primer curador del Smithsonian. Baird dedicó su carrera a mediados del siglo XIX a convertir el Smithsonian en una institución respetable, y aún después de muerto continuó siendo visto recorriendo los pasillos durante décadas. Otro fantasma reportado comúnmente es el del paleontólogo Fielding B. Meek, que vivía en el castillo del Smithsonian con su gato durante la segunda mitad del siglo XIX; y ha sido visto en la habitación que ocupaba en vida y la escalera principal del museo.
Dos historias particularmente escalofriantes, y que hacen recordar a la película 'Night at the Museum', son las de los encuentros de un turista francés y un fotógrafo con un grupo de guerreros nativos americanos y un samurái, respectivamente. En el primer caso, un turista francés que se encontraba en el museo a pocos minutos del cierre, dijo haber escuchado voces provenientes de una exhibición mientras era conducido por un guardia de seguridad a una salida secundaria. Al llegar a la sala de antropología, el francés gritó y salió huyendo despavorido ante los ojos del incrédulo guardia. Horas después, y tras recuperarse de un profundo estado de shock; el francés le explicó al guardia y a otros empleados del museo que al entrar a la sala, vio a un grupo de guerreros 'indios' cargando con lanzas y arcos en alto hacia él.
La segunda historia narra lo ocurrido a un fotógrafo con permisos especiales para retratar un maniquí ataviado como un guerrero samurái  y armado con una lanza de tipo Naginata. Debido a que el maniquí debía ser removido de su vitrina, el trabajo se efectuó en horas posteriores al cierre; sin mayor contratiempo. Fue solo cuando el fotógrafo ya se encontraba guardando su equipo, que escuchó un ruido a su espalda. Creyendo que se trataba de algún guardia de seguridad, volteó y se encontró con el feroz samurái apuntándole con la lanza; como si estuviese listo para atacar.
Un espectro más posiblemente relacionado a las exhibiciones, es el de una misteriosa ave que jamás ha sido vista, solo escuchada en las salas del museo. Se dice que en algunas noches, se puede percibir el canto triste de un pájaro exótico, pues los zoólogos que lo han escuchado dicen que el llanto no coincide con el de las aves nativas de Washington D.C..
La urna de James Smithson.
El museo Smithsonian es también el lugar de descanso de James Smithson, un químico que donó su fortuna de manera pósthuma al museo Smithsonian. De manera curiosa, Smithson jamás visitó Estados Unidos y nunca vio el castillo construido en su honor; pero su cuerpo fue exhumado en 1904 y enviado al museo, donde permanece enterrado hasta hoy.
Su espíritu llegó a ser tan visto que en 1973, un curador de nombre James Goode ordenó que se le desenterrara e inspeccionara el ataúd en busca de algo sospechoso; pero no se encontró más que los restos esqueléticos de Smithson. Su fantasma sigue siendo visto hasta el día de hoy por empleados y visitantes.

El museo cuenta con varios objetos famosos por estar 'malditos'. Entre ellos se encuentran el diamante Hope, que supuestamente conduce a sus portadores a morir en circunstancias trágicas; los aretes que Maria Antonieta llevaba al ser decapitada, una esmeralda perteneciente al Emperador Maximiliano de Mexico, la tiara de la princesa Medea, famosa por robar el vellocino de oro y dárselo a Jasón; oro robado al Imperio Inca, un cráneo de cristal maya, un Moai de la Isla de Pascua, la estatua embrujada conocida como Black Aggie, muñecas rituales de las tribus nativas americanas y un esqueleto identificado como Jane Doe de Jamestown, una mujer que de acuerdo a un análisis forense, fue destazada y comida durante la hambruna del invierno de 1609.

El museo Británico: Momias, demonios y maldiciones.
El sarcófago de Amen-Ra.
"Sacerdotisa muerta hace siglos, pero todavía con poder para dañar y matar", rezaba un encabezado en el diario Atlanta Constitution en 1904, dedicado a un sarcófago ubicado en el pabellón egipcio del Museo Británico. Al sarcófago se le conoce como la 'momia sin suerte' (original en inglés, 'The unlucky mummy') pertenece a una sacerdotisa del templo de Amen-Ra y fue hallada por un caballero inglés en 1860 durante un viaje lleno de accidentes a Luxor, Egipto.
El hombre en cuestión la donó al museo luego de que una clarividente le advirtiera en 1889 de sus extraños poderes, y se le achacan varios incidentes que van desde la muerte de sus propietarios hasta el hundimiento del Titanic.
Cerca del museo existe una estación del metro londinense que fue abandonada desde 1930, y de la cual se dice que está embrujada por el espíritu de una princesa egipcia a la que se le adjudica la desaparición de un par de mujeres en 1935. Unos años después del cierre de la estación, dos mujeres desaparecieron de las inmediaciones de la estación vecina de Holborn; y algunos testigos dijeron haber escuchado llantos espectrales en las vías poco antes de la desaparición de las mujeres.
El museo contiene varios tesoros sobrenaturales en sus galerias: Una vasta cantidad de momias egipcias, los objetos mágicos del mago John Dee y una estatua de bronce del dios mesopotámicos Pazuzu, famoso por el exorcista; así como una estela asiria que supuestamente viene con una maldición.

El jardinero de Derbyshire.
El museo Pickford, en Inglaterra, cuenta con un fantasma bastante interesante. Pues se dice que el jardinero del lugar continúa haciendo sus labores aún décadas después de su muerte. Algunas personas cuentan que puede ser visto por la noche, podando el pasto y los arbustos de la propiedad; y unos cuantos más sugieren que el museo es hogar de otro fantasma, un niño de la familia Pickford que murió de una enfermedad.

El Museo y Hogar de Mark Twain.
Mark Twain, famoso escritor americano, construyó este edificio en el área de Nook Farm, en Hartford, Connecticut; y vivió en él entre 1874 y 1891. Fue en este edificio que escribió sus libros más conocidos, las Aventuras de Huckleberry Finn y las Aventuras de Tom Sawyer.
El staff del museo explicó en una entrevista a un portal de internet que contaban con siete reportes de fenómenos inexplicables en el edificio, que iban de sombras hasta la sensación de alguien que le jalaba la ropa a un visitante. Miembros del staff también aseguraron contar con varias experiencias, entre ellas voces incorpóreas, un olor a humo de cigarro en varios sitios de la casa, en especial en la sala de billar donde Twain solía escribir; risas de niños, pisadas y bolas de luz.
Un guardia de seguridad dijo haber sido atacado por algo que gruñía en el sótano, y que le arrojó una charola de plata. Existen dos apariciones confirmadas: una mujer traslúcida en un camisón antiguo que aparece en la planta alta de la casa y un hombre de color que se manifiesta en la tercera planta; quizás siendo el mayordomo de la familia, George Griffin.

El Museo del Edificio Nacional.
Las columnas.
Construido en Washington D.C. en 1887 como una oficina encargada de entregar pensiones a veteranos, viudas y huérfanos de la Guerra Civil; el edificio cuenta con quince columnas corintias hechas de ladrillo y yeso; pintadas para imitar el acabado del ónix negro. Entre los guardias y personal encargado del museo existe la creencia de que los acabados en las columnas tienden a cambiar de forma, imitando las siluetas de personas recién fallecidas que llegaron a trabajar en el museo en algún tiempo.
Cuando se le ocupaba como cuartel de la Suprema Corte del Distrito de Columbia en 1940, los celadores insistían ver a un hombre montado a caballo en los pisos superiores, donde se guardaban caballos durante la Guerra Civil. Unos más dijeron ver el espectro de James Tanner, el estenógrafo encargado de registrar los testimonios de los testigos del asesinato del presidente Lincoln en el teatro Ford.

La casa Tredwell.
Según el New York Times, la casa Tredwell es el lugar más embrujado en la isla de Manhattan, y está plagado por la familia Tredwell, que lo habitó por más de un siglo.
Historiadores y trabajadores del museo insisten que Gertrude Tredwell continúa vigilando su hogar después de muerta. Gertrude era la más joven de los ocho hijos de la familia Tredwell, jamás se casó y vivió toda su vida en la casa; falleciendo en 1933 a la edad de 93. Cuando falleció y la casa pasó a ser parte del registro histórico de Nueva York para ser usada como museo, no tardó mucho para que se experimentaran eventos paranormales en la propiedad.
Pisos que crujen, puertas que se cierran solas, voces, olores inexplicables e incluso la aparición de Gertrude son solo algunos de los fenómenos que cimentan la fama de este lugar como terriblemente embrujado.

El Museo Farmacológico de Nueva Orleans.
En el interior de este museo se exhiben medicinas e instrumentos que datan de la revolución americana y la fundación de Estados Unidos, y es uno de los puntos más famosos en la ciudad de Nueva Orleans. El museo fue en honor a Louis Dufilho, el primer farmacéutico en los Estados Unidos; quien vivió ahí hasta 1855, cuando vendió la propiedad al madtrimonio de Joseph y Fleitas Dupas.
Uno de los fantasmas que habitan en el sitio es el de Joseph Dupas, quien de acuerdo a la leyenda, solía experimentar con esclavas embarazadas y realizaba ritos de vudú en la propiedad. Su espíritu aparece vestido con traje y sombrero café, y se dice que aparece como un hombre robusto de baja estatura y un bigote grueso. El fantasma de Dupas es famoso por arrojar libros, mover los contenidos de las exhibiciones y hacer sonar el sistema de seguridad por las noches.
Otros dos fantasmas incluyen a Delphine y Remis Dufiho, que murieron siendo niños y de acuerdo con empleados del mostrador; han sido vistos corriendo en el interior del edificio y el patio principal.

El monstruo en la foto.
La fotografía de Kevin Brown.
En el año 2016, Kevin Brown se encontraba visitando el museo Forth Worth de Ciencia e Historia, en Texas, con sus tres sobrinos y un iPad. Mientras los niños jugaban en una exhibición que imitaba un supermercado; Brown decidió tomarles unas cuantas fotografías.
Al volver a casa, una sobrina le preguntó por un detalle en una de ellas. 
Brown se aterró al ver que en la fotografía, tras los niños que juegan en la pequeña réplica de una tienda, aparece un espíritu parecido a una bruja; inclinada y en posición de estar a punto de tocar a uno de los pequeños. Varios usuarios de Reddit, donde Brown subió la fotografía, aclararon la imagen y la examinaron sin llegar a una conclusión. Unos sostienen que se trata de una mujer cuidando a sus hijos, otros que es un espíritu y algunos más incluso con la descabellada idea de que puede ser un demonio.
Brown no recordaba haber visto a una mujer en el lugar, y se comunicó con el museó sin recibir respuesta alguna. En octubre de ese año, un portal de internet que investigaba la nota, se comunicó con un ex-empleado del edificio; el cual relató historias de cosas que pasaban en la exhibición del Titanic y sombras que se movían en las grabaciones de seguridad del edificio.

El museo Bytown.
Este museo se localiza en Ottawa, Canadá, y está rodeado por otras dos propiedades famosas y bastante embrujadas; el Chateau Laurier y Parlament Hill. De acuerdo con trabajadores, el edificio está embrujado por el espíritu de Duncan McNab, el encargado de la construcción del canal Rideau.
McNab se manifiesta dando pisotones en el piso y sacudiendo las puertas. Otras historias del edificio incluyen muñecas antiguas de porcelana que lloran por las noches, un espectro violento que acecha la bóveda del museo, el sonido de pisadas en las escaleras y un incidente en el cual dos trabajadores vieron una computadora apagándose y reiniciando por si sola; mostrando únicamente una pantalla en negro con el nombre LT. COL. JOHN BY repetido una y otra vez.

Museo de Medicina de la UNAM.
Este edificio mexicano cuenta con una historia rica en violencia e importancia histórica. Construido en 1736, fue la sede del Tribunal del Santo Oficio por su cercanía a la Iglesia de Santo Domingo; y sirvió para tribunal y cárcel de la inquisición, un plantel del colegio militar y una cárcel para reos políticos y miltares. Fue aquí que a José María Morelos y Pavón se le juzgó y encontró culpable de pertenecer a los insurgentes durante la conflicto de independencia de México.
Desde 1980 es el Museo de la Medicina Mexicana, y en su interior se habla de historias de fantasmas que van desde sacerdotes y monjes que rondan los pasillos, presos de la inquisición que se quejan constantemente en las plantas inferiores e incluso una aparición del mismo Morelos. 

El Museo Nacional Marítimo.
En 1966, un clérigo retirado de Columbia Británica tomó una fotografía de la escalera en la famosa escalera Tulip. Al revelar el rollo, se encontró con la sorpresa de que había una figura fantasmal sujetada al pasamanos de la escalera. Los expertos que analizaron la imagen y el rollo dijeron que no presentaban alteraciones, lo que coincide con la leyenda de que algo camina en las escaleras por la noche.

Museo de la Ciudad.
Fotografía donde aparece el supuesto ente del museo.
Construido en el siglo XVIII, este edificio en el puerto mexicano de Veracruz ha tenido una existencia rica en situaciones negativas. Fungió como un hogar para los desposeídos, hospital, hospicio y finalmente un museo.
En sus pasillos, tanto turistas como personal del edificio han dicho haber visto niños, en especial uno que juega con las luces y mueve los objetos en las exhibiciones. Un velador del edificio fue encontrado al día siguiente sobre la banqueta, pues se negaba a entrar luego de ver a un grupo de niños que se reían de él en uno de los pasillos de la planta baja. Tanto fue su miedo que renunció a su empleo.
 Los ancianos que vivieron en el lugar cuando era un hospicio, decían que a comienzos del siglo pasado murió un niño en el pozo ubicado en la zotehuela; y que se aparecía en ciertos lugares. Este niño ha sido reportado por personal y visitantes, quienes coinciden en la descripción del espíritu como un chico de 9 años, cabello corto y expresión depresiva. El fantasma ronda una sala donde se encuentra una cabeza olmeca, llorando y llamando la atención de los visitantes para que lo sigan. Al hacerlo, se percatan que ha desaparecido luego de un rato.
Otro espectro famoso es el de un perro, el cual ladra por las noches.
 Durante el tiempo que fue sede de una exposición de asesinos seriales, algunas figuras de cera se movían del lugar; el cual solía fungir como dormitorio de niñas pequeñas durante la época en que el sitio servía como orfanatorio. Hay fotografías de una extraña entidad violenta, la cual agredió a un interno y que aparece en una fotografía tomada durante la nocheg.

Museo y Faro St. Augustine.
En este museo, que sirvió como faro hasta 1955, cuenta con la fama de estar embrujado, al grado de que unos años atrás, el grupo del programa televisivo 'Ghost Hunters' decidió realizar una visita y capturó algo espeluznante.
Usando cámaras térmicas, el equipo registró la presencia de figuras encapuchadas que solo aparecían en las imágenes térmicas e infrarrojas; inclinadas sobre los rieles de un balcón.

El Museo de Manchester.
Este museo en la ciudad británica de Manchester contiene una estatua que años atrás le dio la vuelta al mundo al aparecer girando por sí sola en las grabaciones de una cámara de seguridad. El curador del museo, Campbell Price, explicó que de acuerdo con las creencias populares egipcias; si una momia era destruida por accidente o por los elementos, las estatuillas colocadas en su cámara mortuoria podían servir como una especie de contenedor alterno para el espíritu.

La Casa Museo Árabe.
Este edificio se encuentra en el centro de Cáceres, España y es también apodado con el mote escalofriante de 'la casa de la muerte' por varios sucesos ocurridos en la década de 1970. En aquél tiempo, era ocupado por una pareja y sus dos hijos; quienes experimentaron fenómenos como golpes en las puertas, ventanas que se abrían solas y muebles que cambiaban de lugar.
En 1984, los hijos de la pareja, José Luis y Ángel de la Torre, fueron acosados por pisadas en su habitación y armarios que abrían y cerraban solas; así como una pesada maceta en el patio que cambiaba de posición al anochecer.
Las leyendas de la casa hablan de asesinatos y otros actos violentos en el interior, mismos que en cierta forma ayudan a explicar lo escalofriante de los fenómenos sobrenaturales que en ella ocurren.

Museo Victoria y Albert, Londres.
En 1463, un carpintero de Herdforshire le regaló al Rey Edward IV una cama gigantesca, tan grande como para albergar a 12 personas; y la cual estaba decorada con grabados elegantes que mostraban escenas de la historia y los mitos de las islas británicas. Con el tiempo, la cama fue donada a un hotel en Ware, donde terminó dañada con graffiti y grabados hechos con navajas y llaves. La leyenda dice que el carpintero se aparece cuando un plebeyo se acuesta en la cama, a manera de venganza contra aquellos que la dañaron. La cama fue comprada para el museo en el año de 1931.

El Museo Garibaldi.
El Museo Garibaldi-Meucci, en Nueva York, cuenta con reportes de sombras misteriosas, pasos inexplicables y varios visitantes y miembros del personal asegurando haber chocado con figuras invisibles; así como sensaciones repentinas de tristeza y puertas que se abren y cierran solas. Varios investigadores de lo paranormal han registrado evidencia auditiva y visual en la forma de EVPs y orbes de luz.
En el verano del 2007, el Centro de Investigación Paranormal del Este capturó EVPs en los cuales se escucha el sonido de tos y quejidos, posiblemente los de la señora Meucci, que falleció en el edificio luego de una larga enfermedad. Un micrófono en el segundo piso capturó el sonido de algo o alguien respirando en él, así como el de algo tocando una cámara cercana. 

lunes, 5 de junio de 2017

El monstruo más peligroso del mundo.

Hay muchas historias de monstruos.
¿Te has preguntado alguna vez, qué es lo que hace a un monstruo?
El Minotauro, Drácula, Grendel, Godzilla, la Llorona y Slender Man son todos diferentes; pero en sí, comparten una cualidad fundamental. Supongo que podrías decir que sabes identificar a un monstruo cuando lo vez, ¿Pero en verdad eres capaz de hacerlo? Porque, ¿cuál es el ingrediente que conecta a los monstruos?
Los dictadores como Hitler, los asesinos como Gein o Jack el Destripador, son monstruos. También los zombies, los vampiros, los hombres lobo y los Kaiju. Incluso un animal bajo las circunstancias indicadas, puede ser un monstruo. Algunos visten bien y parecen personas normales, otros son abominaciones y algunos más actúan por instinto; así que no, no hay nada físico en común que diga qué es un monstruo. Al fin y al cabo, técnicamente podríamos decir que Pikachu o Sully son monstruos.
En realidad, lo que determina a un monstruo real, es que tiene la capacidad de dañar al inocente como su directiva primaria.

Entonces, me gustaría contarte de un monstruo en particular.
Este es muy distinto a lo que encontrarías en una historia de horror, por dos razones.
Primera, ni siquiera está vivo. No piensa. No te perseguirá como un Xenomorph o un tigre, ni intentará dañarte intencionalmente. Al igual que Azathoth, ni siquiera es capaz de reconocer su existencia. Es un idiota en medio de una oscuridad perpetua. Tal vez, en algún momento de la historia intentó atacar en un acto de violencia, pero desde entonces permanece perfectamente quieto en la oscuridad, mientras la gente intenta olvidarlo.
Ahora, solo está sentado ahí. Incluso si te acercas, no escapará o intentará agredirte. No te manipulará psicológicamente como Hannibal Lecter, no te engañará como Loki, ni te comerá como un dinosaurio o te cazará como Jason Voorhees; en realidad no hará nada que usualmente asociamos con los monstruos que plagan nuestros miedos.
De hecho, es mucho más peligroso que cualquier cosa que te puedas imaginar. Más que Doomsday, la Cosa de Otro Mundo, Godzilla o Cthulhu. Si te acercas, te destruirá. Y peor, ni te darás cuenta de qué pasó.

En segunda, debes saber qué es real.
Sí, ya sé que hay muchas historias que dicen ser reales, como Slender Man o Jeff the Killer, pero para cuando llegues al final de esto; sabrás que no te miento. El monstruo está allá afuera, esperando mientras lees esto. Sé que todavía no me crees, pero déjame convencerte.
Antes de comenzar, debo explicar su historia.
Hace años, la humanidad lo creó con la idea de que podría mantenerlo encerrado y usar su energía para darnos luz y calor. Pero como ocurre siempre, incluso la mejor idea puede ser la peor pesadilla bajo la luz adecuada. Y así pasó. Los expertos que lo crearon perdieron control de él, y la bestia emergió destruyendo todo con una bola de fuego antes de escapar al sótano abandonado donde espera hasta el día de hoy.
Puedes pensar de qué se trata, y tal vez tengas la cosquilla de encontrarlo por tí mismo, pero... por favor, no lo intentes. Para comenzar, es ilegal. Fue creado por humanos, de la clase que no se sentirán muy contentos si intentas encontrarlo. Cualquiera que se embarque en la jornada de encontrar al monstruo será sin duda, capturado y arrestado. Esos serán los afortunados, pues solo volverán con una multa y tal vez un tiempo en la cárcel.
Pero no pienses mal. Esas leyes tan estrictas son para protegernos de él. 
Quienes lleguen a verlo, seguro enfrentarán su fin cuando la bestia destroce sus cuerpos a pedazos antes de que siquiera lo noten. ¿Qué tanto estás dispuesto a arriesgarte para satisfacer tu curiosidad?

Está bien... ya te oí.
En todo caso, déjame decirte que hay dos formas de llegar. Recomiendo la más difícil, pues la que da más opciones de lorgarlo. Debes viajar a una aldea remota y caminar por los bosques, rumbo a la desolación. Te recomendaría abastecerte de provisiones y suficiente comida para durar un par de días en la intemperie.
Y necesitarás una linterna porque no hay iluminación en la guarida de la bestia. Y si no quieres caminar solo, puedes ir a un tour. Claro, algunos avispados intentarán venderte tours del área maldita por la vestia. Ha matado a cientos y hecho correr a miles de sus hogares, y eso atrae a la gente. No sé, tal vez curiosidad mórbida. Esa misma curiosidad que la tuya.
De cualquier modo, no te recomiendo el tour. No te llevarán lo suficiente cerca para verlo y si intentas alejarte del grupo, las autoridades serán alertadas y te capturarán. Quédate mejor con la opción solitaria.

Al llegar, te encontrarás en una ciudad habitada por cien mil almas al borde de un río. Bueno, ciudad es decir mucho. Más bien es un pueblo. Es el último sitio habitado antes de llegar al reino de la bestia, al norte. Hay algunas aldeas pequeñitas por aquí y por allá, pero son bastante insignificantes y remotas. No hay caminos, tampoco.
Y no te preocupes, casi todos los que vivían al norte huyeron despavoridos y abandonaron todo. Muchos ni siquiera llegaron a huir, y quedaron tirados donde los sorprendió la aparición de la bestia.

Desde ahí, debes viajar al noreste.
Habrá caminos de terracería, pero ahí llamarás la atención. La mejor ruta es seguir a lo largo del delta del río, escondiéndote en las partes bajas o seguir al norte y al este a través de varios campos abandonados. La falta de humanos ha permitido que los animales sobrevivan, así que ten mucho cuidado con los lobos.
De cualquier modo, eventualmente llegarás a una reja de malla ciclónica llena de advertencias. Este es el perímetro de la guarida de la bestia. Aquí comienza lo divertido. Necesitarás escabullirte por varias rejas y vallas de seguridad, y verás toda clase de aldeas y edificios abandonados a lo largo de kilómetros. Quizás sea sabio esperar a que sea de noche para cruzar la reja y avanzar, porque nadie patrulla durante las horas de oscuridad.
Considera tomarte tu tiempo. Mucha gente paga grandes sumas de dinero para ver la devastación, y muy pocas veces hay alguien que se atreva a ir solo. Asegúrate de no quedarte quieto en un lugar por mucho tiempo, porque aquí estás dentro de la esfera de influencia de la bestia, aunque a esta distancia no hay tanto peligro. Quizás no lo notes, pero ya te está atacando.

Mientras más vayas al este, verás sus poderes.
Árboles petrificados de color rojo, plantas muertas por todos lados y cadáveres de animales blanqueados por el sol. Eventualmente llegarás a un lago artificial y las ruinas de una ciudad en la costa del noroeste. Más allá, verás un complejo industrial a la distancia. En la oscuridad debe ser difícil verte, pero aún así ten cuidado porque habrá quienes trabajen aquí: Empleados gubernamentales ocupados en la construcción de un nuevo edificio o barreras para disminuir los poderes de la bestia o sencillamente algunos guardias que están ahí para arrestar a los incautos como tú.
Si te tomas un tiempo para vagar por ahí, verás que los edificios están llenos de reliquias del pasado. Como si el tiempo mismo se hubiese detenido del todo. Pero no es por eso que estás aquí. 
Más al noreste verás una silueta monstruosa contra el cielo nocturno. No, no es la bestia. Es un edificio parcialmente construido para mantener a la bestia contenida. Es el segundo intento de hacerlo, porque el primero fue incapaz de lidiar con los poderes de la abominación. Pero aún así, su construcción fue detenida gracias a un conflicto armado en las cercanías del sitio.
Necesitas ignorarlo.
Quieres verlo. Tu objetivo yace en el interior. A estas alturas, ya sabrán de qué hablo. 
Tienes el camino libre. Las autoridades ni siquiera se acercan a este punto y es posible entrar durante la noche. Si de alguna forma logras entrar al lugar, conocido como el Sarcófago, buena suerte. 
Notarás que el techo colapsó hace años y que las paredes están agrietadas, como si algo muy grande hubiese golpeado hasta romperlas. Ya es tarde. Si has llegado hasta aquí, tus posibilidades de supervivencia son escasas. Ya te está matando.
De seguir, notarás que el sitio está atiborrado de escombros, con vigas de metal tiradas por todos lados y plataformas inestables por todos lados. Debes llegar al centro y descender a una fosa donde vive el monstruo. No te recomiendo saltar, es profundo. En realidad, necesitas bajar por los lados, encontrar un pedazo de suelo agujereado para saltar a un piso inferior y rodear por las escaleras que aún existan. Más allá, está la bestia. Esperando.
Estás cerca. Necesitarás una linterna, porque solo así podrás ver. No hay luz eléctrica, y a esta profundidad la luna ya ni siquiera pasa por las grietas del techo. Camina por los pasillos, y eventualmente llegarás a un túnel que parece haber sido atacado por un dragón.
Procede. Llegarás a una esquina. Detente y toma aliento.
El monstruo está a la vuelta. Toma otro respiro. Verás algo que casi nadie sabe que existe. ¿Quieres seguir? Bien. 
Verás otro pasillo con las mismas paredes derruidas y ninguna señal de un monstruo. Esperarías ver un horror indescriptible o una abominación salida de las peores pesadillas de hombres como Junji Ito, H.P. Lovecraft o Stephen King, ¿no? Lo único frente a tí es una masa de roca fundida que se escurre por un muro, algo casi alienígena. Acércate. Tócala. Se sentirá cálida.
Has encontrado al monstruo.

Como te dije, no es una criatura. Ni siquiera está vivo.
Pero aún así, es la bestia más peligrosa que existe en la tierra. 
Si salieras corriendo de manera inmediata, y de pura casualidad encontraras un hospital, de cualquier manera morirías. En media hora, te sentirás con náuseas y vomitarás. En horas, sufrirás de migraña, diarrea y fiebre. Ya te sientes débil y desorientado. Tu cabello, dientes y uñas se caen. Ahora eres propiedad de la bestia.
Dije que apenas y se mueve. Sí, lo hace. Lentamente.
Está fundiendo la tierra bajo él. Si lleva a tocar los mantos acuíferos, acabará envenenando a todo un continente o explotará con una fuerza comparable a la de un volcán. Si escupe su veneno a la atmósfera... bueno, digamos que los dinosaurios la tuvieron fácil en comparación. Su furia no puede ser contenida. Ignorarlo no es una opción.

En fin, relájate.
No estás ahí. No fuiste a ese viaje. Es más, seguro estás leyendo esto en la pantalla de tu teléfono mientras matas el tiempo en la noche antes de dormir. Tal vez diste con esta historia por casualidad al buscar cosas de miedo en Google. Si sabes de quién hablo, respirarás tranquilo sabiendo que está a miles de kilómetros, al otro lado del océano. En fin. 
Pero recuerda, está ahí afuera. Sentado en la oscuridad.
Hay quienes lo han visto y fotografiado. Google te mostrará fotografías de él, que parecen haber sido pasadas por filtros en Photoshop para parecer espectrales y dar miedo. En realidad, no están alteradas. El poder de la bestia es tanto que deforma la luz y nos impide verlo como es.
¿Su nombre?
Técnicamente, su nombre científico es Corio. Algunos más lo llaman Medusa o El Basilisco, porque verlo significa una muerte instantánea. 
Aunque es más popular llamarle de forma estúpida y casi divertida. 
¿Quién pensaría que algo llamado Pata de Elefante sería tan terrible?

Hachishakusama - Ocho Pies de Alto.

El 26 de Agosto del año 2008, el sitio japonés 2channel.net, aquél que inspiró la creación del ya casi mítico 4Chan; fue sede de una historia inusual que le puso los cabellos de punta a más de un usuario del sitio: La leyenda de Hachishakusama o traducido al español, 'Ocho pies de alto'.
La historia, escrita por el usuario identificado como "VFtYjtRnO", habla sobre un episodio en su infancia donde se encontró con una extraña entidad de corte Youkai, conocida como Hachishakusama u 'Ocho pies de alto', una espectral mujer gigantesca que asemeja de manera desconcertante en más de un sentido a la leyenda occidental de Slender Man. 
La anécdota en 2ch es la siguiente:

"El hogar de mis abuelos paternos estaba a dos horas de donde vivíamos, en una aldea pequeña de agricultores en la prefectura de Hokkaido. A veces me quedaba con ellos durante el verano y las vacaciones invernales, y siempre estaban contentos de verme... pero la última vez que los visité fue hace diez años, cuando estaba en el tercer año de preparatoria. Era mi vacación de primavera y me habían invitado a visitarlos, así que decidí tomar mi bicicleta y pedalear hasta allá.
Pese al clima cálido de primavera, al llegar al pueblo sentí como si la temperatura hubiese bajado, por lo que me detuve en un descanso junto al camino para tratar de calentarme en el sol que brillaba en lo alto. Entonces, escuché algo... inusual.

'Po. Po. Po. Po. Popopopo. Po.'

No era un ruido mecánico, era una voz humana. Extraña, pero una voz. 
Miré a todos lados, para ver si había alguien cerca, y solo ví un sombrero blanco de paja sobre el borde de un muro de setos. El sombrero se movía a lo largo de los setos, y al pasar por un espacio abierto entre dos de ellos, vi que era usado por una mujer que llevaba también un vestido blanco. Debía ser alta, pues el muro de setos debía medir más de dos metros de alto. No pensé mucho en ello, y de cualquier manera, la mujer desapareció detrás de una línea de árboles al cabo de unos segundos.
Lo único que se me ocurrió fue que, o la mujer estaba de paseo y llevaba tacones altos, o se trataba de un hombre vestido de mujer. Raro, pero no descabellado en un lugar tan lleno de turistas en esa época del año.

Horas más tarde, mientras tomaba té con mis abuelos y los ponía al tanto de mi vida, toqué el tema en la conversación y les comenté que se me hacía raro ver un travesti en un sitio tan alejado de la vida nocturna de Tokio. Por alguna razón, mencioné lo del 'po, po, po'.
Al decir esto, mis abuelos se asustaron. Mi abuelo me bombardeó con preguntas tales como cuándo lo había visto, qué tanto sobresalía de los setos o si la mujer se me había quedado viendo. Le respondí tan rápido como preguntaba, y entonces salió corriendo para llamar a alguien con el teléfono de pared en el pasillo fuera del comedor; cerrando la puerta tras de sí para que yo no pudiera escuchar la llamada.
La habitación se tornó silenciosa. La abuela sonreía cortésmente, pero parecía tener breves temblores por alguna razón. El abuelo regresó pronto y me dijo que esa noche me quedaría con ellos. Debo admitir que no comprendía el porqué de ese cambio tan brusco de actitud, y pregunté si se trataba de algún enfermo mental de la localidad o algo así, a lo que el abuelo me contestó que la abuela podía decirme.
La abuela se limitó a mirarme y decir que iría a buscar a una tal señora K. (K-San en el original).

Claramente asustada, la abuela me explicó lo siguiente:
"Creo que Hachishakusama se ha interesado en tí... pero no debemos preocuparnos. El abuelo está aquí para arreglarlo".

Entonces, la abuela me contó poco a poco que Hachishakusama no era una persona, si no un monstruo o espíritu de las montañas. Su nombre se debía a su tamaño, 8 shaku, el equivalente a decir '8 pies de alto' (Hachi - 8, Shaku - Pie, Sama - Persona). Su apariencia cambiaba, pero por lo regular era siempre una mujer muy alta que se reía con un 'Po Po Po' muy tétrico.
Y una vez que Hachishakusama se interesaba en una persona, los cazaba hasta matarlos. La última víctima del espíritu había sido un joven hace quince años, y eso llevó a un grupo de monjes budistas a sellarla en un altar cerca de la aldea usando cuatro estatuas de Jizo, una deidad protectora de los niños; cada una colocada en uno de los puntos cardinales. La aldea tenía una especie de 'acuerdo' con las aldeas cercanas, estableciendo que debían tener ciertos beneficios por haber encerrado a la bestia. Desde entonces, habían pasado más de una docena de años desde que Hachishakusama había matado a alguien.

En ese entonces no creí nada de ello, pero el abuelo recibió al poco tiempo a una mujer muy anciana. K-San, la señora, me entregó un talismán de papel y me ordenó mantenerlo conmigo todo el tiempo, entonces fue al piso de arriba con el abuelo. Intenté ir al baño, pero la abuela no me dejó ir e insistió en que tuviera la puerta abierta para que pudiera verme mientras hacía mis necesidades.
Aquí fue que entendí qué tan serio era el asunto.
Me condujeron a una habitación en el piso de arriba. La única ventana había sido cubierta con periódico, sobre el cual pegaron otro talismán; y en cada esquina había un bol con Morishio, sal sagrada, así como una caja de madera donde colocaron una estatua de Buda. 
K-San me dijo que debía quedarme en la habitación hasta las siete de la mañana, y que no podía salir bajo ninguna circunstancia. El abuelo me dejó en claro que ni él ni la abuela me hablarían hasta las siete, mientras que K-San me ordenó guardar conmigo el talismán y rezarle a Buda si me sentía asustado.

Tenía una televisión y una cama en la habitación. La abuela me dejó unos bocadillos e intenté ver el televisor un rato, pero no me sentía muy interesado en la programación. Tampoco tenía hambre, así que me acosté, me envolví en las cobijas y debí caer dormido eventualmente; porque lo siguiente que recuerdo es despertar por el ruido de un show nocturno en el televisor. Mi reloj marcaba la una de la mañana.
Entonces escuché algo pegando en la ventana.
Lo quise ignorar, pensando que debía ser la rama de un árbol afuera, pero el ruido continuó. Tenía té y bocadillos, y subí el volumen del aparato para ahogar los golpeteos. En ese momento escuché la voz del abuelo proveniente del pasillo:

'¿Estás bien? Está bien salir si tienes mucho miedo.'

Fui hacia la puerta, pero me detuve de golpe al recordar como había insistido el abuelo que no me dirigiría la palabra hasta el amanecer. Y otra vez lo escuché.

'Está bien, puedes venir'.

Quería que se tratara de la voz de mi abuelo, pero supe de inmediato que no lo era. Tuve escalofríos, y al mirar uno de los cuencos con sal, me di cuenta de que el contenido estaba volviéndose de un color oscuro.
Me planté frente a la estatua de Buda, apretujando el talismán con ambas manos mientras rezaba por ayuda. 

'Po, Po, Po, Po, Po.... Po, Po, Po...." La cosa afuera de la ventana había comenzado de nuevo, esta vez más insistente. Entonces, vi la silueta de una gran mano palmeando el cristal desde afuera... pese a que me encontraba en un segundo piso. No quedaba más que seguir rezando a Buda.
Fue una larga noche.
No recuerdo del todo lo que hice, más allá de rezar hasta que escuché el ruido de fondo proveniente del televisor. Eran las noticias matutinas, y el reloj en pantalla decía 7:13 AM. El golpe en el cristal se había detenido. La voz finalmente había callado. La sal en los cuencos estaba toda negra. Abrí la puerta con mucho cuidado, y el abuelo K-San estaban afuera; observándome con gestos de preocupación. La abuela, llorando, me dijo que todo estaría bien.
Mis padres ya estaban abajo, junto con un grupo de hombres alrededor de una camioneta frente a la casa. El auto de mi abuelo estaba adelante de la van, y el de mi padre estacionado detrás de esta. Me sentaron en medio de la van con ocho de los hombres sentados alrededor de mí; uno a cada lado, tres al frente y tres más en el asiento posterior. Un hombre más se colocó en el asiento del conductor y K-San en el del copiloto.
Se me ordenó cerrar los ojos y mantener la cabeza gacha, en dirección al piso del vehículo.

'¡Sólo tú puedes ver a Hachishakusama... y no la mires!'

Nuestro convoy salió despacio hacia el camino montañoso. No creo que hubiésemos recorrido veinte kilómetros antes de que K-San nos avisara que todo se pondría feo... entonces empezó a recitar frases y cándicos budistas. 

'Po, Po, Po, Po, Po...'

La escuché afuera.
Apreté el talismán contra mi pecho y traté de mantener la cabeza agachada, pero no resistí la curiosidad y miré hacia la ventana... oh, jodido error. Afuera, veía un vestido blanco que parecía estacionaro junto a la ventana... cuando viajábamos a una velocidad bastante considerable. La figura se movió, como si se inclinara para ver por la ventana... y ahogué un gemido. El hombre a mi derecha me dijo que cerrara los ojos y ya no los abriera hasta que fuera seguro.
Aunque nadie pudo verla, todos escucharon lo que pasó: Los golpes. No sé como, pero algo estaba aporreando cada ventana en la van al mismo tiempo. Duró un buen rato, hasta que K-San dejó de cantar y dijo que estábamos seguros. Los autos se detuvieron, y mi padre y aubelo les agradecieron a todos los hombres que no shabían ayudado; pues todos tenían cierto parentesco conmigo. La abuela y K-San esperaban confundir a Hachishakusama al rodearme de gente de mi mismo linaje, y el abuejo pasó toda la noche reuniendo a mis parientes; determinando que era más fácil escapar durante el día.
K-San me pidió mostrarle el amuleto.
Se había tornado negro totalmente.

K-San me dijo que todo estaría bien, pero de cualquier manera me entregó otro talismán que debía mantenerme seguro hasta llegar a casa. Mi padre condujo el resto del camino, y me explicó que durante su niñez, uno de sus amigos había sido descuestrado por Hachishakusama.
Tiempo después, hablé con mi abuelo por teléfono y él me confirmó que ni siquiera estaba en casa durante esa noche, así que la voz no era suya.
Hachishakusama ataca a los niños y adolescentes, así que el monstruo intenta hablar con la voz de un familiar para atraerlos; y también me comentó que al ir al templo, los ancianos de la comunidad descubrieron que una de las estatuas de Jizo había sido rota por alguien, y que los trozos de la estatua habían sido colocados en una línea recta en el camino que conducía desde el templo a la casa de mis abuelos. 
Mi abuelo falleció dos años atrás, y no se me permitió ir a su funeral. Aún intento convencerme de que se trató de una superstición, pero a veces, cuando estoy solo en casa o camino por la calle de noche, todavía escucho esa voz.

'Po. Po. Po. Po...'

Un análisis de Hachishakusama.
Hachishakusama en Fatal Frame: Maiden of Black Water.
La historia, como ocurre con sus contrapartes occidentales en las figuras de The Rake, Slender Man, Jeff the Killer, B.O.B. o Smiling Jack; está considerada como un Creepypasta, una historia de horror presentada usualmente como un cuento apócrifo que intenta mostrarlo como algo real.
Podemos determinar que Hachishakusama no es otra cosa más que un mito, pues no existen leyendas antiguas al respecto (como ocurre con otros Youkai japoneses) o más reportes de encuentros con este ser en el internet; ni aparece en la mitología de la prefectura de Hokkaido.
Claro que, si el ser es oriundo de una aldea japonesa remota, existe la posibilidad de que la leyenda no sea tan conocida al ser únicamente producto de la tradición oral... aunque también esto se descarta, pues existiría evidencia de desapariciones múltiples de niños y jóvenes durante varias décadas en Hokkaido.
Como ocurre con Slender Man, Hachishakusama y su leyenda se han vuelto populares en varios sitios que han reposteado la historia de 2ch.net. Con el tiempo, apareció fanart de corte anime y se le nombró en compendios de criaturas mitológicas; pero sin la existencia de más reportes que añadieran al mito y la convirtieran en un ser críptido como el Mothman, el Demonio de Jersey o inclusive los Jinmenken y la Kuchisake-Onna del mismo Japón.
Como ocurre comúnmente, se le añadió al imaginario colectivo de personajes de horror japoneses y aparece en varios mangas y videojuegos. Por ejemplo, la entrega de la serie Fatal Frame, Fatal Frame: Maiden of Black Water, del año 2014; presenta un espíritu conocido como 'la mujer alta' y que es descrito como una leyenda urbana en el lore del juego.
No es de sorprenderse entonces, que la imagen de la Mujer Alta haya aparecido en varios sitios como una ilustración para la leyenda de Hachishakusama.
Fanart de corte anime sobre Hachishakusama y Slender Man.
Su primera aparición en el internet occidental ocurre el 24 de Agosto de 2016, en la página Scary for Kids; conocida por sus historias y juegos relacionadas con creepypastas, explicando que 'Ocho Pies de Alto' no es más que una leyenda urbana.
En la versión publicada por Scary for Kids, cambian algunos datos. Por ejemplo, el protagonista es un joven americano que visitó a sus abuelos a los 8 años y concluye con el hecho de que jamás regresó a Japón; explicando que Hachishakusama podría encontrarlo en cuanto pusiera un pie en el país del sol naciente, lo que expande a gran escala los poderes y alcance del espíritu. También se le describe como una mujer con foz varonil, y la historia acaba con el narrador recibiendo una llamada de su abuela, diciéndole que es seguro volver a Japón, seguido de un sonido familiar.

Po. Po. Po. Po.

jueves, 25 de mayo de 2017

Inés Perales: El Hombre Lobo de Nuevo León.

La Revolución Mexicana es uno de los episodios más famosos en la historia del país debido a su importancia al significar el derrocamiento de la dictadura de Porfirio Díaz e instaurar un nuevo sistema de gobierno democrático, así como lo que llevaría a la fundación del México moderno. Sobre este periodo, cruel y lleno de sangre, hay infinidad de historias: Tesoros ocultos, revolucionarios fantasmas que continúan librando sus batallas, locomotoras espectrales que recorren vías que hace décadas que ya no existen e inclusive las apariciones de figuras como Pancho Villa y Emiliano Zapata.
Pero hay una en especial que es poco conocida, pero no menos interesante. Es la historia de un supuesto hombre lobo que amenazó al estado norteño de Nuevo León durante la segunda mitad de la década de 1910.

La versión popular reza que una noche, una mujer que dormía en su hogar a las afueras del pueblo fue despertada por una serie de toquidos enloquecidos en la puerta de su pobre casucha. Al levantarse y abrir, se encontró con su esposo; quien se desplomó en el marco de la puerta con la camisa destrozada y cubierto de sangre.
La esposa lo llevó al interior, lo bañó y atendió sus heridas usando dientes de ajo y árnica para evitarle la infección de lo que sin duda; era el ataque de un depredador. Toda esa noche, el hombre que ya padecía de una intensa fiebre y delirios, murmuraba algo sobre el ataque de un lobo. El nombre de la víctima, que pasó a la infamia en los meses posteriores, era Inés Perales.
Perales se desempeñaba como jornalero y recolector de leña. Según su historia, ese día se encontraba terminando su jornada cuando su mula reaccionó con sobresalto ante algo. Inés pronto vio a qué se debía: Un gruñido animal y feroz sonó a su espalda, y al girar sobre sí mismo, se encontró a un gran lobo que pronto se abalanzó sobre él; destrozándole el antebrazo a mordidas.
Inés tomó una piedra y golpeó al lobo en el cráneo una y otra vez, hasta hacerlo retroceder entre los matorrales que cubrían el campo. 

Inés sanó conforme pasaban los días, pero siempre quejándose de un dolor de cabeza que creció y crecío hasta convertirse en una migraña; la cual lo tornó malhumorado y agresivo. Fue hasta que perdió los estribos e hirió a un vecino a golpes que decidió ya era tiempo de buscar ayuda.
El 19 de octubre de 1918, el subteniente Longinos García, encargado político del pueblo; escribió una carta al subsecretario de gobierno de Nuevo León, implorando ayuda para un hombre víctima de un lobo rabioso. En el tiempo desde su ataque, Inés ya sufría de incontrolables episodios de ira, y pronto se vio obligado a dejar de trabajar; mientras que por su condición mental, ya era una amenaza para la seguridad pública del pueblo. Ya un gran número de familias escribían quejas al encargado y a las fuerzas de la policía, pidiéndoles que se encargaran del enloquecido hombre que recorría los márgenes del río Bravo actuando como una bestia salvaje y que había intentado atacar a un campesino a mordidas.

“El suscrito, Longinos G. García, en funciones de Encargado Político de la Congregación de Colombia, informo a usted lo siguiente(...) y tenemos mucho problema en la Congregación por el vecino que fue mordido por un lobo; pues está actuando de manera extraña: acosa a la gente, gruñe, desgañita, araña, lanza espumarajos por la boca, camina en cuatro patas, y aúlla como lobo...”
Réplica de la carta de Longinos Gracía.

García jamás recibió respuesta del gobierno neoleonense, así que tomó la iniciativa de viajar a casa de Perales e investigar de qué se trataba; pues las historias del hombre lobo hacía mucho que lo colmaban. En su primer intento, la familia de Inés Perales le negó el acceso; por lo que volvió esa misma noche, armado y acompañado de un oficial.
De camino, fue que escuchó un largo aullido que le heló la sangre. No por lo sorpresivo de este, si no porque era completamente distinto al de los perros salvajes y lobos que en aquellas épocas poblaban el semidesierto del norte de México. 

La casa de Perales reveló un escenario terrible.
Había conocido al hombre, y lo que estaba encerrado en una habitación no tenía parecido alguno. Perales, atado por cadenas, era una bestia que se movía como un animal cuadrúpedo, gruñía y enseñaba los dientes; y su aspecto era demencial, con largo cabello y una gruesa barba que solo servían para añadir al semblante animalesco.
Y Perales aulló justo como lo que fuese que había oído afuera. 
De cuaqluier manera, Longinos apresó al hombre lobo en la cárcel del pueblo, nadie sabe si por un deseo de ayudar a los Perales o para calmar a la población. Se le alimentó y trataron de darle cuidados, pero el hombre convertido en bestia no dejaba de aullar ni de intentar atacar a cualquiera que se acercaba; lanzándose contra las rejas con la cólera de una fiera. 

A fines de mayo de 1919, llegó una carta de la secretaría de gobierno. 
García, furioso por el contenido del mensaje, se limitó a escribir: "Al C. Secretario de Gobierno: Muchas gracias por la ayuda que ofrece. Pero el vecino mordido por un lobo rabioso hace dos semanas que murió".
Nadie sabe decir exactamente de qué murió Inés Perales. 
Hay quienes mencionan que fue la anemia de una mala alimentación, otros que escapó o se suicidó; y unos más han manejado la teoría de que el ataque del lobo no hizo más que infectarlo con hidrofobia, una enfermedad que ataca al cerebro y torna agresivos a los animales. Una enfermedad que conocemos mejor con el nombre de Rabia. 
Pero algunas personas sostienen que esto en realidad, fue tal y como dice la leyenda. El insólito caso de un hombre lobo de la vida real, un hombre atacado por una bestia y convertido en una abominación caníbal y sedienta de sangre.

El tiburón de Suelo de Timor.

Las aguas de Timor, un país isleño del Pacífico Sur, son hogar de más de seiscientas especies marinas, entre ellas tortugas, peces de arrecife, anguilas, corales, manta rayas y tiburones. El buceo en sitios como las islas de Dili y Atauro, es famoso por ofrecer vistas de grandes depredadores marinos como los tiburones mako, calamares y pulpos, e incluso el gran tiburón blanco (Carcharodon Carcharias); famoso por ser uno de los pocos tipos de tiburones catalogados como devoradores de hombres.
Pero para los habitantes de Timor, existe un depredador marino mucho más infame y peligroso que su congénere más popular. 

Se dice que al fondo de los arrecifes y acantilados submarinos que rodean las islas habita un inusual escualo; el cual ataca a su presa de manera completamente distinta a la que esperaríamos del gran blanco, el tiburón tigre, el mako o la tintorera.
El Tiburón de Suelo, es descrito como un pez mayor que un tiburón blanco adulto, de entre seis y ocho metros de longitud; con un cuerpo aplanado, sin aleta dorsal y que caza camuflándose en el fondo del mar. En su dieta aparecen peces, tiburones más pequeños, calamares y de acuerdo a los mitos de Timor; hombres. Se dice entre los pescadores de ostras y buzos, que este críptido se confunde con el fondo marino y espera pacientemente a su presa de forma parecida a la de un pez piedra o un pulpo. Incluso se le achacan varias desapariciones al año y hay quienes en la comunidad criptozoológica sostienen que este animal es la verdadera identidad de otro tiburón apócrifo, conocido como 'El Señor de las Profundidades' entre los habitantes de las islas Polinesias.

¿Pero qué es el Tiburón del Suelo?
Un Wobeggong moteado.
Según criptozoólogos como Karl Shuker, autor del libro "Las Bestias que se esconden del Hombre", el Tiburón del Suelo es un miembro no identificado de la familia de tiburones Orectolobidae, conocidos popularmente como Wobbegongs o tiburones alfombra.
Estos peces son oriundos de las aguas templadas y tropicales de los océanos Pacífico e Índico, siendo más abundantes en población en áreas poco profundas en el norte de Australia e Indonesia, mientras que algunas especies llegan a vivir en zonas tan al norte como el mar del Japón.
Los Wobbegongs son vagamente parecidos a los tiburones, pues siguen un diseño corporal parecido a estos, aunque al ser pobladores del fondo del océano sus cuerpos son planos y muchas veces sin la aleta dorsal tan representativa de los escualos. Este detalle coincide con la descripción del Tiburón del Suelo, el cual tampoco presenta esta característica. 
No son precisamente agresivos, y la mayoría de las especies apenas y alcanza el metro de largo; pero pueden atacar en caso de ser pisados o si un buzo se les acerca demasiado o intenta tocarlos. Su mordida es extremadamente dolorosa y puede causar bastante daño, ya que su dentadura consiste en cientos de pequeños dientes parecidos a agujas. De ahí en fuera, las especies más grandes conocidas, el Wobbegong moteado y el Wobbegong rayado llegan a alcanzar hasta los tres metros de largo; pero siguen sin representar un riesgo, ya que su dieta se basa en peces, cefalópodos, crustáceos y otros pobladores del suelo marino.
Un hipotético Wobbegong de seis u ocho metros podría representar un claro peligro ya no para pequeños animales acuáticos, si no que en su dieta podría llegar a incluir a focas, aves marinas, tiburones pequeños, marsopas e incluso humanos; como sostienen los relatos de este peligroso críptido.
Comparativo entre los dientes de un Wobbegong,
un tiburón enfermera y un gran tiburón blanco.

sábado, 13 de mayo de 2017

La bestia del cementerio.

Para los aficionados del horror, el término "Cementerio de Mascotas" designa no solo a una propiedad en la cual podemos enterrar a nuestros fallecidos amigos de cuatro patas, si no el libro de Stephen King, "Pet Semetary"; el cual fue adaptado como película en 1989.
En la historia de Stephen King, la familia Creed llega a habitar una casa en la localidad de Ludlow, Maine; cercana a un cementerio de mascotas que oculta un terrible secreto. Más allá del cementerio existe un campo sagrado de la tribu Micmac, el cual ha sido corrompido por un espíritu monstruoso conocido como el Wendigo.
En el libro, cualquier criatura humana o animal que sea enterrada en el campo Micmac regresa a los pocos días como un zombie corrupto y malvado. Conforme avanza la historia, no solo vemos al protagonista lidiar con su gato resucitado; si no que se nos cuentan las propiedades extrañas del cementerio, pues parece contar con una consciencia propia que atrae a los hombres a su perdición, similar al embrujo de Pennywise sobre Derry en otra de las obras de Stephen King.
Naturalmente, es una obra de ficción, pero muy pocas personas saben que el cementerio de mascotas cuenta con una contraparte en el mundo real. Y si bien no es tan horripilante o triste como la creada por King, tiene un cierto encanto sobrenatural...

En los bosques de Devonshire, Inglaterra, existe un cementerio de mascotas.
Es un sitio tranquilo y relativamente olvidado por la gente, donde desde hace décadas descansan los restos mortales de perros, gatos, conejos, hámsters y algunos animales un poco más exóticos.
Cabe mencionar que en las islas británicas son ilegales los conceptos de cementerios de mascotas, ya que un acta de protección ambiental emitida en 1990 convierte en crimen el enterrar cadáveres animales en tierras propiedad de la comisión forestal inglesa.
Aunado a eso, a inicios del 2001 las regiones rurales de Inglaterra se vieron afectadas por un brote de fiebre aftosa que acabó con un gran número de animales de granja. Para evitar la propagación de la enfermedad a la población humana, se prohibió el acceso al cementerio de mascotras de Devonshire, y cualquiera capturado cerca del área era aislado en cuarentena.
¿Pero qué tiene qué ver esto con la historia de King y lo sobrenatural?
Pues resulta que el cementerio de mascotas está embrujado.

El centro británico de Zoología Forteana ha catalogado decenas de reportes e historias de habitantes de Devonshire que han tenido encuentros con extrañas bestias alrededor del cementerio, seres que bien pueden ser descritos como 'animales fantasma'.
Además de reportes del perro negro espectral conocido en Inglaterra como el Black Shuck, existen relatos como el de una familia que viajaba en auto por las colinas durante una tarde de verano. Al pasar cerca del cementerio, vieron a un perro descrito como un Golden Retriever corriendo por el camino en dirección a ellos, y desmaterializándose justo cuando parecía que iban a chocar con él. Otro más trata de un sabueso, un Basset Hound rodeado por un aura de fatalidad y un aroma de putrefacción.

La Bestia Negra.
En ciertas ocasiones, las tumbas aparecen volteadas o dañadas, como si algún animal intentara excavar en busca de los cuerpos enterrados en el cementerio. Entre los pobladores de Devonshire se dice que esto es obra de una bestia oscura y de gran tamaño que ronda los bosques alrededor del cementerio.
Hace unos años, un policía identificado como 'John' tuvo un encuentro cercano con este ser mientras patrullaba en su vehículo por los estrechos caminos de terracería que dividen las colinas. Al pasar cerca del cementerio, el policía vio una criatura grande como un oso, que saltó de los árboles y corrió por el camino. En otra ocasión, el policía encontró al animal excavando una tumba en busca de huesos.
De manera similar, un trabajador de Devonshire dijo haber visto al ser poco tiempo después; describiéndolo como un oso con cola larga que podía trepar a los árboles con la misma facilidad que una ardilla. De acuerdo con él, se encontraba paseando a su perro entre las lápidas cuando se sintió observado. Unos minutos más tarde, vio como la bestia emergía de entre un área de matorrales a unos cincuenta metros de distancia. Temiendo por su vida y de su perro, el hombre echó a correr y desde entonces no volvió a caminar por el cementerio durante la noche.

Existe una teoría entre la policía y el gobierno de Devonshire que sostiene que el animal podría ser un glotón, pero esta suposición pierde toda validez al recordar que el glotón ha estado extinto en las Islas Británicas desde el final de la edad de hielo; hace unos diez mil años. Eso, y que no es tan grande como para ser comparado con un oso, mismos que también están extintos en las islas.
Durante toda la década de los noventa se sostuvo la idea de que podía haber una colonia de glotones viviendo en las colinas cerca de Devonshire, y que al ser omnívoros y de hábitos carroñeros; bien podrían estar rapiñando los cuerpos de mascotas que seguían siendo enterrados en el lugar.
¿Podrá ser la bestia negra un glotón o un animal exótico escapado, similar a la teoría de los grandes gatos británicos? ¿O hablamos de una bestia sobrenatural similar al Wendigo que acecha el camposanto Micmac en la novela de King?

lunes, 1 de mayo de 2017

Zozzaby - El payaso fantasma.

En diciembre del año 2002, los hermanos únicamente conocidos como Thomas y Aaron, de 13 y 10 años respectivamente; dormían en su habitación, en la ciudad inglesa de Liverpool.
Thomas dormía en la parte superior de la litera, mientras que Aaron dormía debajo. A eso de las tres de la mañana, ambos despertaron por el sonido inconfundible de una risa. Thomas describiría la risa como un 'eco'. 
Al abrir los ojos, ambos vieron algo que los marcaría de por vida: Ahí, de pie en la esquina más cercana a la puerta del dormitorio estaba un payaso. La figura, transparente y vestida con un traje abombado, un sombrero cónico y una gorguera con olanes; era indudablemente un payaso, o más bien el fantasma de un payaso.
Cual Tim Curry en la película 'It', el payaso espectral parecía estarse partiendo de la risa; apuntando a los niños con un dedo mientras se sujetaba el vientre con la otra mano. Su rostro era siniestro, no solo por el maquillaje, si no por una larga nariz puntiaguda y retorcida de color rojo, y un par de ojos huecos como los de un esqueleto. Alrededor del espíritu había un halo de un tenue color verde.

Aterrorizados, los chicos se percataron de que en la habitación olía a algo. Era un olor dulce y enfermizo. 
Thomas gritó para llamar a sus padres, pero nadie parecía escucharlos. Al darse cuenta de esto, el payaso se rió aún más fuerte y les hizo señas de que se acercaran. En ese momento, ambos muchachos decidieron salir huyendo. Se arriesgaron al pasar junto al payaso, y al hacerlo, este estalló en gritos y carcajadas más sonoras. 
Al llegar con sus padres y decirles lo que pasaba, estos fueron a la habitación pero no encontraron algo más que un olor dulzón, el mismo que los chicos decían haber olido anteriormente. Fue tanto el shock que los niños se negaron a dormir en su habitación por varias semanas.
La historia concluyó hasta fines de enero, cuando Adam, un primo de cuatro años de edad; se quedó a dormir en la casa. Naturalmente no se le mencionó nada del payaso.

Una mañana, Adam le mencionó a la madre de Thomas y Aaron que había estado hablando con un 'hombre gracioso' llamado Zozzaby. Adam, que era fanático del dibujo, incluso realizó un boceto con crayolas del hombre; el cual apareció en la misma habitación de los niños. El misterio se profundizó, pues al indagar con los dueños anteriores de la casa, uno de ellos le relató a la mujer una historia ocurrida en 1950.
En ella, un par de hermanos estaban durmiendo en el mismo cuarto cuando despertaron por el sonido de una carcajada hueca; encontrándose con que en la habitación había un payaso grotesco junto a la puerta, el cual les impedía salir corriendo de ahí.

Al indagar más, la mujer descubrió que en esa misma casa a comienzos del siglo XX había vivido un actor circense de nombre Freddy Zozzaby. El nombre, Zozzaby, era un derivado de la palabra checa 'zozabe', la cual significaba 'gran nariz'. 
¿Y cuál era el rasgo distintivo de Zozzaby? 
Una gran nariz de plástico.

Finalmente, una de las personas que vieron al payaso en 1950 encontró el significado del aroma al cabo de varios años. Al morir su padre, fue a visitar al embalsamador que se encargaría de preparar el cuerpo y ponerlo en un féretro abierto.
Y el olor era exactamente el que recordaba del encuentro con Zozzaby.
Fluido para embalsamar.